"60.000 Marcos es lo que nos cuesta este discapacitado a lo largo de su vida. Este dinero es tambien vuestro”.



Este blog quiere ser un medio de información y sensibilización para todos los profesionales de la salud y cualquier persona interesada en los desmanes realizados por médicos y otros profesionales durante la era nazi.




sábado, 17 de mayo de 2014

Un nuevo libro sobre los españoles en los campos nazis.

El libro al que en esta ocasión quiero hacer referencia no es un libro sobre Medicina y Holocausto. Se trata de una obra que recoge los testimonios de los últimos españoles sobrevivientes de los campos nazis.

Se trata del libro: Vivos en el averno nazi, de Montserrat Llor (Crítica 2014).


Aunque todavía no es un hecho muy conocido por la sociedad española que aproximadamente 10000 españoles compartieron el destino de judios, gitanos, asociales, y homosexuales en los campos nazis, libros como éste nos ayudan a todos a conocer nuestro pasado como españoles y como europeos.

El libro recoge testimonios de españoles que fueron deportados por los nazis a los campos de Ravensbrück, y sobre todo a Mauthausen, "el campo de los españoles".


Podemos leer en los testimonios el sufrimiento, el dolor, la enfermedad, los castigos, el hambre, el trabajo esclavo y extenuante, el frío, la desesperanza, pero también la resistencia y el deseo de poder sobrevivir para poder contarlo y que el mundo conociera el terror de los campos de concentración y exterminio.

Gracias a la resistencia de los españoles, su tenacidad y organización se pudieron sacar del campo muchas fotografías que fueron una prueba irrefutable sobre la actuación de los nazis. Estas pruebas se presentaron en el Juicio de Nüremberg contra los criminales nazis, actuando como testigo Francisco Boix, fotógrafo del campo, y único español que declaró en los juicios.

Entre los 20 testimonios del libro podemos leer como los médicos experimentaban con los prisioneros, incluso con los españoles (ver la entrada de este blog sobre Marcelino Bilbao). Se puede también leer cómo los médicos administraban inyecciones letales de benzol en el corazón a aquellos que ya no podían aguantar aquel infierno, o cómo algunos españoles prisioneros en Mauthausen fueron asesinados mediante envenenamiento con gas en el cercano castillo de Hartheim (ver entrada sobre Hartheim en este blog), uno de los lugares dónde se asesinaron a miles de enfermos alemanes (discapacitados, enfermos psíquicos).

Marcelino Bilbao último sobreviviente de experimentos médicos nazis

Prisioneras como Neus Catalá o Lise London cuentan como ellas vieron los resultados de los experimentos que hicieron los médicos nazis en el campo de Ravensbrück "el campo de las mujeres". Allí los cirujanos extirparon huesos y tendones a las prisioneras polacas. Les producían de forma artificial graves heridas y no permitian que estas se curaran, les echaban en las heridas: tierra, restos de cristal, madera o agua estancada, en un intento de reproducir las heridas de guerra y estudiar los diferentes métodos de curación. Eran llamadas las "petit lapin" (conejitos)  ya que al tener seccionados los tendones de las piernas no podían andar correctamente y lo hacían a saltos.

Libros como éste nos ayudan a conocer nuestra historia y a construir el futuro sin olvidar nuestro pasado más reciente.


Recientemente se ha estrenado una obra de teatro que bajo el título de Triángulo Azul (ver video) pone delante de nuestros ojos el sufrimiento de los españoles en el campo de Mauthausen.





miércoles, 14 de mayo de 2014

La investigación del Hambre en el gueto de Varsovia.

En las últimas entradas del blog hemos hablado acerca de las condiciones de vida tan trágicas que sufrieron los judíos en el gueto de Varsovia.

Hubo quién no se desesperó y siguió haciendo lo que debía de hacer. Médicos y enfermeras nos dieron un ejemplo, no se rindieron.

En el gueto funcionó una facultad de Medicina y una escuela de Enfermería. Las autoridades judias del gueto organizaron los servicios sanitarios: hospitales, consultorios, orfanatos y servicios mortuorios.

Algunos médicos previeron su fin: sabían que iban a morir y decidieron dejarnos una prueba de sus resistencia. Investigaron sobre el problema de salud que sufrían con más frecuencia sus pacientes: el hambre. Por primera vez, y probablemente por última, investigadores e investigados sufrían el mismo problema, el hambre.

El estudio pionero en su tiempo y todavía no superado, es un ejemplo de rigor científico y sobre todo de resistencia. Utilizaron todos los pocos medios que tenían a su disposición.

Participaron de la investigación 28 médicos, que analizaron las consecuencias del hambre en el ser humano. A veces los “pacientes” recibían por su participación una rodaja de pan. Recordemos que la dieta media de los habitantes del gueto era de 186 calorías por día.



La investigación fue realizada según todos los criterios profesionales empíricos y cualitativos. Como grupo de control fueron utilizados voluntarios que ayudados por los organizadores del contrabando en el Gueto, tenían suficiente alimentos.



Los temas estudiados fueron la anatomía y la patología del hambre, la influencia del hambre al desarrollo del metabolismo de los niños y los adultos, su repercusión en los ojos, y en el aparato circulatorio y digestivo.



En los niños se examinaron tanto aspectos clínicos como los cambios en metabolismo, hematológicos, anatómicos y oftalmológicos. También se practicaron 3.658 autopsias, lo que normalmente no se practicaba en el Gueto. La Dra. Hana Braude-Heller, investigo la influencia del hambre en los niños. El Dr. Emil Apfelbaum investigo acerca de la influencia del hambre en el sistema sanguíneo circulatorio. El Dr. Sheinman sobre la sangre. La investigación comenzó en Febrero de 1942 y fue interrumpida en el verano de 1943, debido a la deportación de la mayoría de los judíos del Gueto de Varsovia al campo de exterminio Treblinka (se incluía un gran número de médicos).

 El Dr. Israel Milejkowski, en el prólogo del informe dice lo siguiente:

“La tragedia es imponente y nuestro idioma es demasiado humilde para describir la crueldad y la infinidad de nuestra desgracia y nuestra tragedia. La búsqueda de palabras es una tortura. El síntoma del hambre dejo su huella en las calles del gueto con cientos de cadáveres cubiertos con papel periódico. También los médicos sufrían de hambre constante y a pesar de ello no irrumpieron su trabajo de investigación por un solo momento. El objetivo de los nazis era claro: La eliminación a través del hambre. Este fue el peor enemigo dentro del Gueto.Mis últimas palabras, las dedico en su honor a ustedes, los médicos judíos del Gueto.

¿Qué puedo decirles, mis amados colegas y compañeros de sufrimiento?

Ustedes son sin duda parte de todos nosotros. La esclavitud, el hambre, las deportaciones y la muerte en nuestro gueto – son también el destino de ustedes.

Finaliza el Dr . Milejoswski con una frase que es todo un canto a la resistencia  y a los valores de los profesionales:

Ustedes, por medio de su trabajo, pueden dar a los asesinos la única respuesta: Non Omnis Moriar(No moriré completamente).




La Escuela de Enfermeria del Gueto de Varsovia.

Como comentamos en otra entrada en condiciones tan trágicas como las que sufrían los judíos en el gueto de Varsovia hubo quién no se resignó y siguió haciendo su trabajo.

Al igual que funcionó una facultad de medicina clandestina en el gueto de Varsovia, también existió una escuela de Enfermería. A diferencia de la facultad de medicina, la escuela de Enfermería fue la única institución educativa dentro del gueto que fue permitida por los nazis.

Luba Bielicka Blum, socialista y judía, fue su directora y tuvo que tomar decisiones muy complicadas. Cuando los nazis comienzan a vaciar el gueto de Varsovia y a trasladar a los judíos a los campos de exterminio exigen cuotas diarias de personas. Luba Blum tiene que facilitar nombres de alumnas que serían enviadas a los campos de exterminio. Ante tal dilema decide hacer un examen y las alumnas que obtuvieran peores notas eran las destinadas al traslado a los campos. Ella pregunta en el examen sobre la cardiopatía isquémica.

Luba Blum con su marido (Archivo Yad Vashem)

Cuando los nazis evacuan definitivamente el gueto y asesinan a todos los pacientes de los hospitales, Luba Blum consigue esconderse y poder pasar a la zona no judía.

Tras las guerra es nombrada directora de una casa de acogida de huerfanos en Otwock. Posteriormente vuelve a Varsovia donde nuevamente colabora en la apertura de la escuela de Enfermería. Recibió la medalla Florence Nightingale en 1966. Falleció en Varsovia en 1973.

Tumba de Luba Blum en el cementerio de Okopowa. Varsovia (Archivo Yad Vashem)

Placa que recuerda a Luba Blum en Varsovia

martes, 6 de mayo de 2014

La Facultad de Medicina clandestina del Gueto de Varsovia

Vivimos momentos de crisis y las quejas son constantes. Hay desilusión, apatía, tristeza y falta de horizontes e ilusiones.

En el ámbito sanitario sólo se habla de crisis, de desmotivación, de recortes......de problemas, pero a veces ese ruido no deja oír lo verdaderamente importante que es la labor que médicos y enfermeras tienen que hacer con los pacientes.

En las próximas entradas de este blog vamos a hablar de una verdadera crisis de subsistencia y de un verdadero estar entre la vida y la muerte, y cómo algunos hicieron abstracción de todo ello e hicieron lo que sabían y lo que tenían que hacer.

Cuando los nazis invaden Polonia en 1939 se producen grandes movimientos y desplazamientos de población. Parte de las zonas polacas ocupadas son repobladas con alemanes. El número de judíos existente en Polonia superaba con creces a las previsiones de los alemanes. Miles de judíos fueron asesinados a cargo de los escuadrones de la muerte (Einstazgrüppen), pero a pesar de ello, el problema judío superaba a los nazis.

Se decide la creación de guetos en las principales ciudades polacas. Los guetos no eran zona donde vivieran anteriormente los judíos, sino que los alemanes deciden de forma arbitraria que zona de la ciudad se convertirá en un gueto. Hay muchas teorias que intentan explicar el origen de los guetos: desde concentrar a la población judía en espera de crear una gran "reserva" en Lublin, o ser un destino temporal hasta su traslado definitivo a la isla de Madagascar. Otras teorías más prácticas aluden a la necesidad de controlar a una población "enemiga", sin olvidar cosas tan peregrinas como creer que los judíos eran portadores naturales del tifus, aunque lo sufrían en menor frecuencia que el resto de la población. Aislarles era una forma de establecer un cordón epidemiológico.

El judio "portador de tifus"
En 1940 se crea el primer gueto judío en la ciudad de Lodz. Llegó a haber más de 400 guetos. Concretamente el gueto de Varsovia llegó a albergar más de 400000 personas en un espacio reducido. El hacinamiento (5-6 personas por ventana), el frío, el hambre (la dieta diaria era de 186 calorías por persona) hizo el resto. Apareció entonces la tuberculosis, y el tifus dando la razón a los alemanes: efectivamente, decían éstos, los judíos eran portadores del tifus, olvidando que eran las condiciones de gueto las que habían propiciado las epidemias. A pesar de todo y en esa verdadera crisis vital, los suicidios fueron menos frecuentes. Los judíos a pesar de que no podían entrar ni salir eran obligados a llevar un brazalete blanco con la Estrella de David.

Hacinamiento. 7,5 personas por metro cuadrado

Todos los colegios y universidades en Polonia fueron cerrados. ¿Para que los miembros de una raza inferior, polacos o judios, infrahombres, necesitaban estudiar?

La gente moria en la calle......y la vida seguía, ¿que hacer?. Los médicos y las enfermeras siguieron haciendo su trabajo y con una gran penuria de medios funcionaron clínicas, hospitales, y orfanatos.

Pero muchos no se desanimaron e hicieron lo que tenían que hacer. Basandose en el miedo cerval que tenían los alemanes al tifus, un grupo de médicos dijeron que iban a dar una especie de clases para prevenir las epidemias. La realidad era otra: consiguieron crear una facultad de medicina clandestina en el gueto de Varsovia.

Este era el anuncio de las teóricas clases para prevenir epidemias.



Las clases se impartían en un antiguo edificio. Los alumnos judíos tenían que cruzar las murallas del gueto y eran objeto de burla por parte de la policía polaca o el ejercito alemán. Algunas alumnas de Medicina llegaron a ser violadas. Pero no se rindieron, siguieron estudiando a la luz de lámparas de carburo, compartiendo los escasos libros que se pasaban de contrabando al gueto.
Única imagen que se conoce de una estudiante de la Facultad de Medicina clandestina

El plan de estudios en nada se diferenciaba al de una facultad actual: período preclínico y periodo clinico, prácticas clandestinas en consultas y hospitales. Incluso los exámenes estaban reconocidos por la Facultad de Medicina de Varsovia, habilitando a médicos del gueto judío con el fin de que los exámenes fueran validos.

La facultad funcionó desde mayo de 1941 hasta julio de 1942. Llegó a tener 500 alumnos. Consiguieron sobrevivir 50 alumnos, y 8 completaron estudios de medicina

Un estudiante de Medicina, Marek Edelman fue uno de los lideres del futuro levantamiento armado del gueto de Varsovia. Tras la guerra Marek Edelman llegó a ser cardiólogo.

Con el avance de la guerra y la puesta en marcha de la Solución Final al problema judío mediante el asesinato en las cámaras de gas, el  gueto era progresivamente vaciado de judíos que fueron llevados en su mayoria al campo de exterminio de Treblinka.

Sí todos iban a morir ¿Por qué lo hicieron?
El deseo de aprender (alumnos).
El deseo de enseñar (médicos y profesores).
El intento de llevar una vida “normal” a pesar de las condiciones de vida del gueto (todos).

Eran una forma de resistir.
Dijo Karolina Borman, "Podíamos elegir entre desesperarnos totalmente, desmoralizarnos, suicidarnos (algunos lo hicieron), darnos al alcohol, al vodka, o a otras cosas, pero en vez de eso comenzamos a estudiar”.

Karolina Borman, completó sus estudios en Polonia después de la guerra, y
posteriormente emigró y practicó la medicina en Estados Unidos hasta su
muerte en 19877.

Crisis, desánimo.....los alumnos y profesores de la facultad de medicina clandestina del gueto nos dan el mejor ejemplo de lucha y de resistencia. Ellos sí estaban en una situación de crisis e hicieron lo que realmente tenían y sabían hacer. Que no se nos olvide nuestra verdadera misión.